
El pasado domingo entré a la cárcel…y es que ese día acudí a la cárcel de Ixcotel (Oaxaca) para realizar de manera totalmente gratuita una exhibición de partidas simultáneas de ajedrez contra 20 aficionados de esa penitenciaria.
Entré a la cárcel a las 10: 20 a.m luego de pasar por los controles de revisión.
Me guiaron hasta el patio del penal. Por el camino pasé junto a reclusos que me miraban con caras de asombros; no de furia ni de rencor gratuito.
Llegué al patio. El sol estaba en su esplendor. Minutos después decenas de reclusos comenzaron a armar una lona y a las 12: 00 a.m comencé la actividad, en el patio del penal, tal y como yo propuse con antelación, para que todos los interesados participaran.


Pero, más que los resultados a mi favor, el mayor mérito estriba en que se haya podido llevar el ajedrez a la cárcel, porque este noble juego cuenta con múltiples beneficios y coadyuva a la rehabilitación mental del ser humano.

Respecto a la música, antes de iniciar la simultánea me preguntaron: ¿maestro, le molesta que pongamos música?, y me respuesta fue: “Por mí no hay problema, pregúntale a quienes van a jugar.”

Y respecto a la animación, estuvo dirigida por un interno, quien con mucho carisma y micrófono en mano estuvo comentándole al público algunos aspectos del Manual de Ajedrez Introductorio de mi autoría que les entregué de manera gratuita a cada uno de los jugadores.
Ah!, y para alegrar la actividad no faltaron las bromas del ocurrente animador. Antes de comenzar a jugar recuerdo que me dijo: “Maestro, entre los que te vas a enfrentar hay uno que mató a su maestro de ajedrez por haberle ganado”.
Y entre carcajadas de los presentes y mías yo le respondí: “Entonces me dejaré ganar en todas las partidas porque no sé quién es el que dices.”

La actividad fue todo un éxito y hubo mucho respeto por parte de los internos, y algunos se interesaron por recibir clases de ajedrez de manera sistemática.
Por parte de la Asociación de Cubanos en Oaxaca José Martí, que preside Merlys Garcias Noa, se rifó una playera identificativa entre los 3 jugadores que "más batalla me dieron". Y el ganador de la playera se mostró muy satisfecho por su suerte.

Salí de la cárcel de Ixcotel con la enorme satisfacción de haber compartido mis más modestos conocimientos con estos seres humanos que tienen derecho a disfrutar de las delicias del ajedrez.
Porque como afirmó el gran Capablanca: El Ajedrez sirve, como pocas cosas en este mundo, para distraer y olvidar momentáneamente las preocupaciones de la vida diaria.
Por eso, para que continuen progresando no tuve reparos en regalarles 20 ejemplares de este libro de mi autoria:

Mil gracias a EL PROFE y a Sergio por la organización desde adentro.
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